El
avión despega. Hoy sube Pellegrini y baja Lotina. Así lo muestra la sexta
página del Periódico de Cataluña. Y
es que nuestro momento es comparable al del vuelo de un Boeing 787.
Aproximadamente, unos 200 pasajeros son los únicos privilegiados que tienen su
plaza en él, mientras que el resto continúa en la tierra, ahogándose en el
diluvio universal. Y nunca mejor dicho, puesto que a la democristiana Ángela
Merkel parece que le da la espalda hasta su propio Dios. ‘Tropezón de Merkel’
titula el editorial catalán. Resulta que su popularidad ha crecido de forma
inversamente proporcional a como lo han hecho sus apoyos. Ser Trending Topic en
Twitter no es sinónimo de buena noticia, precisamente. Y si no, que se lo digan
a Lotina. Pocos centímetros separan en el papel a estos dos personajes, tan
distantes geográficamente. Y es que las apoteósicas carreras de ambos
descienden precipitadamente, de forma tal que recuerdan a Jack Wagner en Aterrizaje Forzoso.
El peligro está de
moda, oiga. Las próximas portadas de las revistas de moda nos revelarán las claves para estar guapas en nuestro sustillo de
muerte; en Vogue los diseñadores más
prestigiosos se apuntarán a esta nueva tendencia mostrando sus colecciones más
atrevidas, y en la Cuore podremos ver
los AARG!’S más morbosos de
nuestras estrellas estrelladas. La moda
es el riesgo. Albelda ya lo ha probado. En Ibiza, concretamente. Quizá algún
seguidor del Shalke manipuló los motores de la avioneta (un sabio dijo una vez
que en las Baleares hay más alemanes que en la propia ciudad de Berlín).
También se apuntaron a la diversión los herederos al trono de Noruega. Haakon y
Mette-Marit fueron evacuados hace pocos meses de un avión en el que se producía
una explosión. Quién sabe, tal vez su cuñaíta
Maria Luisa le tenga guardado un cierto resquemor. Las herencias, oiga. Y
siguiendo con los aterrizajes forzosos… Algo que conoce muy bien también el
singular Margallo, cuando afirmó que sintió los primeros días del gobierno popular
como un aterrizaje forzoso, ‘como quien se ve
obligado a cambiar las cañerías, al tiempo que continúa dando agua’. Nuestro
Ministro de Exteriores tiene vocación de fontanero. Confiemos en que realice
bien su trabajo y no se encargue de hacer favores a amas de casa que
curiosamente no saben emplear los anticonceptivos. Estén tranquilos si su
próxima chapucilla es en casa Islandia, la Primera Ministra es perfectamente
homosexual. Aunque aquí hay mayonesa para una telenovela europea. Hablando de
hijos de fontaneros, Leo
Kirch amasó toda una fortuna y terminó cayendo en bancarrota. Así que es
totalmente desaconsejable.
No echemos más Urdangarines al fuego, la cosa no está como para tirar
cohetes, Froilán. Hijos de fontaneros, sorpresas mañaneras, ahora el tema va de
penaltis. Como el de Ramos, si es que la Rae aún no ha
inventado un nuevo término para designar a ese ataque a la Estrella de la
Muerte. Y a continuación Fundéu nos enseñará a escribirlo bien, como decía un
twittero. Y para terminar, Bibi Aído nos dirá cómo ponerlo en femenino. Y es que la
cosa va de aviones. O de OVNIS. O de cosas que vuelan, qué más da. Incluso de
buques, si quieren. El caso es que nuestro Titanic se hunde. 2012, el año del
fin del mundo, así lo dijeron los mayas, y así está siendo, al menos, para
mundo moderno. Porque el antiguo se murió hace mucho. Entre la decadencia y la
pobreza. Fue un calling station, que diría un jugador de
póker. El problema es que a este le han obligado a ser pasivo, no lo hizo por convicción. El dealer ha
repartido las cartas a su conveniencia y no nos damos ni cuenta. Solo ahora,
cuando las cartas nos las empiezan a quitar a nosotros. Y ya es tarde. Hemos
perdido un juego en el que siempre se nos avisaba. O eso creíamos.
Porque
no nos ha llegado por Whatsapp.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu paso por el blog, y dado que esto no es cosa de uno, participa dejando tu comentario debajo. Puedes decir lo que sea, lo primero que te venga a la mente después de haber leído el post. Eso sí, te pido que lo hagas con respeto. Muchas gracias nubarrones!