El 2010 nos ha abandonado tan fugaz como llegó, tan sutil como comenzó. Nos ha dejado mil y una series de catastróficas desdichas que nos quedan muy lejanas, fantasmales, realidades oníricas que simulan espejismos dantescos de los que nos desentendemos porque nos produce pavor la idea de que aquello nos pueda suceder a nosotros: una riada, un terremoto, un secuestro, una violación, un incendio, un robo… Pareciera que nos referimos a sinónimos del término “desolación”. Una desolación que fustiga nuestras vidas y planea con un hambre voraz sobre nuestras cabezas… Y sin embargo, esto se acaba, comienza una nueva etapa y apenas nos cercioramos de ello dentro de nuestro rutinario marco de bienestar…
El pasado pero reciente año, me hice un propósito, uno de entre esos millones de puñados de ilusiones fugaces que trastocan la mente humana en periodos de uvas, champagne y nuevos inicios. Pero no referido a las banales pérdidas de peso o una avalancha de promesas de abandonar la nicotina… No. Me prometí que contemplaría el mundo con otros ojos, con otra perspectiva. Personalmente, no me considero una persona demasiado egocentrista, pero –y permítanme pecar de ello en este instante-, siempre he creído que soy diferente a los demás. Y abandono el estado de narcisismo inicial para añadir, que tal vez se trate, más bien, de una diferenciación común. Me explico. Soy una de esos miles de millones de jóvenes que se considera diferente. Y al caer en esto, caemos en la igualdad, en la moda, en el desatino. Los hay que se consideran “diferentes” (entendiendo por “diferente” este nuevo concepto) por el hecho de fumar en cachimba, o de utilizar lentes de contacto de “culo de vaso” teniendo la vista perfecta. Actualmente el que se cree "diferente" recae en el convencionalismo. ¿Por qué? Muy sencillo: se considera la diferencia un aspecto exterior, en lugar de algo mucho más profundo, algo que llevamos en nuestro interior.
Y volviendo a lo anterior, prosigo. Me prometí que observaría cualquier cosa con una mirada enfocada, para lograr atrapar esa cantidad de matices que pululan por el aire como polen en primavera. Y lo primero que se me ocurrió fue dirigirme al MUSAC, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla Y León, situado en mi tierra, León. Cuando entré por la puerta me invadió una fuerte pesadumbre. En el hall apenas había tres personas contando a los recepcionistas. Me abrumé totalmente al comprobar la carencia de interés que genera la cultura en nuestra sociedad, cuando ofrece todo tipo de posibilidades y alternativas para su conocimiento. El MUSAC es gratuito, únicamente hay que sacar una entrada en el momento previo en el que nos dispongamos a emprender nuestra odisea entre sus paredes, esto último se realiza para llevar un control de la afluencia de público al museo, según pude averiguar. Aunque bien pensado, y con una visión más optimista de vaso “medio lleno”, estaría mucho más tranquila viendo las exposiciones.
Cuando comencé a adentrarme en el museo, un escalofrío invadió mi cuerpo. Esa embriagadez del no saber qué te vas a encontrar detrás de la siguiente esquina, detrás de cada obra, detrás de cada explicación. La exposición estaba compuesta por las obras de diversos autores iberoamericanos con perspectivas muy diferentes, desde un "caseto" que simulaba la habitación sin puertas en la que mantenían encerrado al artista de niño, obligado a crear; pasando por una niña escondida en la pared que solo dejaba ver sus piesecitos y simulaba aquellas pequeñas que se escondían, temblorosas, de los nazis detrás de las cortinas o de cualquier elemento de la habitación; hasta un montón de casquillos incrustados en joyas que habían sido utilizados para cometer atroces crímenes relacionados con ajustes de cuentas... ¿Qué te dice todo esto? Hay mucha gente que opina que el arte moderno es cosa de inútiles. Yo más bien considero que inútil es aquel que no sabe captarlo. Porque el arte moderno es mucho más complicado de interpretar que un cuadro de Goya o una escultura de Miguel Ángel. Es mucho más que eso, consiste en interpretar de manera correcta, interpretar desde el corazón, desde el alma. Consiste en ser capaz de ver y de indagar en el mundo a través de los ojos del artista, en comprobar que no todo el mundo concibe una misma situación o cosa de la misma manera, en que no todo el mundo es igual como en ocasiones, y erróneamente, pensamos. Se trata de descubrir el mundo detrás de cada obra, cada una aporta un pedacito diferente, un montón de realidades que configuran una sola, la ideal, aquella a la que cantan los filósofos. Y se trata, por qué no, de descubrirnos un poquito a nosotros mismos. Si no abrimos los ojos a la realidad, viviremos en un coma profundo del que será difícil despertar.
Ana Esther Méndez
Ole, ole y ole!!!!!!!!!
ResponderEliminarCuando escribas un libro, la primera en comprartelo seré yo!! Pedazo entrada Anita! Me he sentido super identificada :)
Aunque al llegar al MUSAC no tanto jajajajajajajaja
ME ENCANTA. SIMPLEMENTE
Hola, también te sigo, tengo 17 años (ambos somos menores), y escribes bien, por lo general intento hacer algo "irónico", dentro de los parámetros que rodea mi país, y me gustó este texto, un beso y seguiré viendo los siguientes textos. un besazo.
ResponderEliminarHola...me ha sorprendido gratamente tu post...desde este preciso instante me sumergiré en las profundidades de tu blog para leer todo lo que me he perdido antes de entrar por primera vez en tu rincón...
ResponderEliminar"Me explico. Soy una de esos miles de millones de jóvenes que se considera diferente. Y al caer en esto, caemos en la igualdad, en la moda, en el desatino."
Es algo que he pensado en más de una oportunidad. Ya no lo pienso más, ya no soy diferente ni parecido a nadie. Sólo soy yo. Con mis defectos e inperfecciones. Con mis ganas de surgir y ser feliz. Vivir en revolución constante desde el ser. Mirar con otros ojos lo que te rodea y lo que te sucede. Actuar.
Un abrazo mujer...
Ps: Eh, yo también estoy en España ahora. :)
Jajaja,
ResponderEliminarGracias por tus palabras...
Y somos vecinos...estoy en Galicia... Santiago de Compostela :)
A mi también me ha gustado tu blog, me he devorado lo que escribes...y lo haces muy bien Ana ...
:)
Esperaré atento a que publiques nuevamente...
Saludos!!
te sigo, he leido parte de tu texto y me encanta!
ResponderEliminarPues yo también soy de León, aunque creo que no lo dejo reflejado en ninguna parte de mis dos blogs. Nunca he ido al MUSAC pero prometo hacerlo! gracias por agregarte a mi blog! te sigo yo también y estamos en contacto.
ResponderEliminarsaludos!
gracias wapi! me ha gustado mucho el comentario. te lo agradezco =)
ResponderEliminarpor cierto a lo de salamanca y león, si, soy de salamanca pero tb tengo familia en leon asique sera cuestión de tiempo que coincidamos. un beso preciosa.
hasta pronto ^^
Coquette
Buenas Ana! Muchas gracias por tu comentario, me ha encantado. Antes de nada, muchas felicidades por el blog, está genial, tanto en el contenido como en la forma (los gadgets que tienes, creo que se llaman así, están muy bien). Da gusto leerte.
ResponderEliminarMe ha gustado "Memorias de un alma bohemia", está muy bien escrita y estructurada. Y con la última entrada demuestras tener espíritu crítico, cosa que nunca está de más, y menos en estos días...Bueno, encantado de que visites mi blog, hablamos! Un beso!
p.d.: me parece un propósito estupendo, porque seguramente de él deriven muchos otros también positivos. Te sigo.
Creo que la clave del éxito o la felicidad reside en lo que has escrito, levantarte cada día como si fuera una nueva vida, ver con ojos diferentes lo que tus ojos ayer vieron, pensar lo contrario a lo que ayer tu mente pensó... e ir descubriendo las varias realidades que existen en un pequeño espacio de tiempo que es la vida hasta dar con la que, por lo menos, hace que te sientas bien y hace sentir bien a los demás.
ResponderEliminarEnhorabuena por este blog de sonrisas y nubes.
Un saludo.